Desde su fundación, ALUME tuvo un papel eminentemente reivindicativo, provocado por la escasez de recursos sanitarios de la provincia, muy por debajo del resto de Galicia y España.

Una unidad ambulatoria de Salud Mental y una unidad de internamiento para casos agudos con quince camas era todo lo que la sanidad pública ofrecía en la provincia, mientras que la atención privada se limitaba a las consultas de Psiquiatría y Psixoloxía.

El aumento de plazas de agudos, la creación de un Hospital de Día y la incorporación del Centro Rehabilitador de Castro al Servicio Gallego de Salud fueron los puntos sobre los que ALUME fundamentó su labor reivindicativa fronta a la Administración.

Entre las iniciativas destinadas a promover el respeto cara a las personas con enfermedad mental y su inserción en la sociedad, destaca la institucionalización del Día Mundial de la Salud Mental, establecido desde 10 de octubre y que nunca se había celebrado en Lugo hasta la aparición de ALUME.

También se incluyeron ciclos de cine, entre ellos, un ciclo especial dentro de la programación de la Semana de Cine de Autor de Lugo, charlas, mesas redondas y varias apariciones en los medios de comunicación sobre situaciones concretas completaban la actividad de ALUME en esta campo.

En la primevera de 1997 se produce un cambio muy importante en la orientación de ALUME, al recibir la propuesta de la Xunta de Galicia de poner en marcha un Centro de Rehabilitación Psicosocial y Laboral, que estaría financiado por la administración autonómica, pero cuya gestión al completo sería responsabilidad de la asociación. A pesar de que el cometido que el que nació ALUME no fue lo de constituirse en una entidad prestadora de servicios, decidíuse asumir ese reto, para conseguir dotaciones que la Administración no estaba dispuesta a poner en marcha de otro modo, y para mantener, si cabe con más fundamento, la actitud reivindicativa con la que nació la asociación.

El cierre de Castro y la entrada en funcionamiento de las instalaciones de Calde, el aumento de dotaciones en el HULA y en las unidades de salud mental, el Hospital de Día, son logros que no cubren las necesidades de la provincia, pero que mejoran considerablemente la situación en la que nació ALUME.

Creemos que la percepción que existe en la sociedad sobre las enfermedades mentales y las personas que las padecen es diferente que hace veinte años, y aunque falta mucho para finalizar que el estigma, las personas y las familias que sufren la aparición de un transtorno de este tipo tienen un sitio donde acudir y tienen profesionales formados y con experiencia, y compañeros de fatigas que les den información, apoyo y sosiego.