Dentro de la campaña estatal lanzada por EAPN #EmergenciaVivienda, por el derecho a una vivienda digna, adecuada y accesible para todos, queremos compartir con vosotros un caso en el que nuestras compañeras del Programa de atención a personas sin hogar han intervenido.
Este caso tan dramático es solo ejemplo de lo que muchas mujeres en situación de exclusión tienen que vivir.
El Programa de atención a personas sin hogar comenzó en 2014. En él nuestras compañeras atienden a personas sin hogar o en riesgo de exclusión social que tienen un trastorno mental grave. El objetivo principal es promover la recuperación e integración social de los participantes y mejorar su calidad de vida favoreciendo el uso de los recursos sociosanitarios.
De las intervenciones que realizan, han seleccionado el caso de Julia (nombre ficticio).
Julia es una mujer con enfermedad mental, migrante, sin permiso de residencia que es además víctima de violencia de género. Por su situación no tiene un acceso en igualdad al mercado laboral, por lo que sus ingresos económicos son, en el mejor de los casos, exiguos, lo que la aboca a una clara situación de vulnerabilidad. Además, como su grado de discapacidad es menor al 65% no tiene derecho a una prestación no contributiva. Para poder tener algo de dinero ejerce la prostitución de forma puntual.
Por su enfermedad debe tomar tratamiento, pero su adherencia al mismo es nula por su falta de conciencia de enfermedad.
Como la mayoría de personas en este programa, su apoyo social es escaso y no tienen ningún contacto con su familia.
Por toda esta situación de exclusión que hemos descrito, Julia tiene muy limitadas sus posibilidades de acceso a una vivienda, por lo que muchas veces acaba durmiendo en la calle, casas ocupadas, albergues, y en el mejor de los casos habitaciones con derecho a cocina.
En otras ocasiones su solución para salir de la calle es mantener una relación de dependencia con algún hombre que la maltrata, de lo que dejan constancia resoluciones judiciales.
En los casos en los que se ha quedado en la calle, casas ocupadas, y otras infraviviendas ha terminado siendo víctima de abuso sexual, lo que hace que Julia acabe viendo como mejor opción el mantener una relación de abuso con un solo hombre, para conseguir un techo, cierta seguridad y protección, aunque tenga que soportar maltrato. “Prefiero se abusada por un hombre que por varios”, son las crudas palabras de Julia para resumir su situación.